Técnicas de Reproducción Asistida
Cuanto menor sea el número o la calidad de los espermatozoides más deberán acercarse al óvulo. Las técnicas más empleadas son las siguientes:
Inseminación artificial intravaginal o cervical (IIV)
Es la técnica más simple y consiste en depositar el semen en la vagina mediante una cánula o jeringa, sin necesidad de preparar la muestra en el laboratorio. Estaría indicada en aquellos casos en los que el varón tiene un semen normal pero que por algún motivo como problemas graves de erección, eyaculación muy prematura o alteraciones del meato urinario, no es posible depositar el semen durante el coito en la vagina.
Inseminación artificial intrauterina (IIU)
Consiste en depositar el semen, previamente preparado en el laboratorio donde se seleccionan los espermatozoides de mejor calidad, mediante una cánula en el interior del útero. Esta técnica esta indicada cuando existen más de 2 millones de espermatozoides de buena calidad en el semen preparado. Puede realizarse con o sin estimulación de la ovulación para conseguir una mayor producción de óvulos.
Fertilización in vitro convencional (FIV)
Consiste en estimular la ovulación con hormonas para conseguir varios óvulos. Con ecografía se controla el desarrollo de los folículos donde se albergan los óvulos y son pinchados y aspirados a través de la vagina cuando adquieren un crecimiento de aproximadamente 18 mm. Los óvulos obtenidos se incuban en el laboratorio junto a los espermatozoides, permitiendo que estos fertilicen a los óvulos de forma espontánea. Si se consiguen embriones. Éstos son posteriormente transferidos al útero. Los embriones restantes son congelados y transferidos en otro ciclo si no ha habido gestación o si ha habido embarazo pero la pareja desea otro hijo.
Inyección espermática intracitoplasmática (ICSI)
Se procede de igual forma que en la FIV pero en el laboratorio se inyecta un espermatozoide dentro de cada uno de los óvulos obtenidos.