Patologías del testículo y epidídimo
Dolor testicular crónico
Como consecuencia de cualquier proceso acontecido al testículo o al epidídimo puede presentarse dolor en la zona escrotal, irradiado o no hacia la ingle que en ocasiones es muy difícil de resolver por el importante componente psicológico que se acaba estableciendo.
En estos casos se deben investigar posibles alteraciones que expliquen el dolor, como inflamaciones, infecciones, formaciones, etc..
El tratamiento debe estar enfocado a resolver el problema que origina el dolor, por lo que pueden estar indicados los antiinflamatorios, los antibióticos, etc. En casos severos pueden administrarse analgésicos e incluso antidepresivos.
De manera muy infrecuente puede realizarse una cirugía para seccionar determinados nervios del testículo (denervación testicular) o incluso extirpar el epidídimo y / o el testículo. No obstante, en ocasiones persiste el dolor después de realizar estos tratamientos.
Varicocele
Se trata de la dilatación de las venas que salen fundamentalmente del testículo izquierdo, debido a la ausencia o a un fallo de las válvulas (compuertas) que evitan que una vez sale la sangre del testículo en dirección ascendente por la vena espermática que desemboca a nivel de la vena del riñón, aquella no vuelva a bajar hacia el testículo.
Cuando esto sucede produce una dilatación de todo el plexo de venas testiculares pudiendo dar lugar, entre otras, a un aumento de la temperatura del testículo, a una falta de oxigenación de la glándula y a procesos obstructivos por compresión del inicio de la vía seminal. Además, elementos de deshecho procedentes del riñón o de la glándula suprarrenal pueden alcanzar el testículo y actuar como tóxicos. Estos efectos son los que condicionan el descenso de la producción y/o calidad de los espermatozoides.
El varicocele se puede detectar durante la exploración física del testículo o mediante un estudio Doppler donde se evidencia el reflujo de retorno de sangre hacia el testículo.
El tratamiento consiste en ligar las venas del testículo a nivel de la ingle (varicocelectomía) bajo anestesia local y de forma ambulatoria.
Quistes de testículo y epidídimo
Es muy frecuente que se produzcan formaciones quísticas (llenas de líquido) de diferente tamaño en el testículo y principalmente en el epidídimo.
El diagnóstico se realiza mediante la exploración física y la proyección de luz por detrás del testículo. Si se observa la luz en la parte anterior del testículo (transiluminación positiva) es indicativo de la presencia de quistes.
En ocasiones puede estar indicada la práctica de una ecografía escrotal.
Generalmente estos quistes no dan molestias y no suelen ser muy grandes.
En caso de ser preciso, puede realizarse una pequeña cirugía para extirparlos.
Hidrocele
El testículo se halla aumentado de tamaño debido al aumento en la producción de líquido que se halla entre determinadas capas que rodean al testículo y que normalmente sirve para favorecer un adecuado deslizamiento del testículo.
El diagnóstico se realiza mediante la exploración física y la proyección de luz por detrás del testículo. Si se observa la luz en la parte anterior de testículo (transiluminación positiva) es indicativo de la presencia de líquido.
En ocasiones puede estar indicada la práctica de una ecografía escrotal.
El tratamiento es quirúrgico y se basa en evertir las capas que rodean el testículo con el fin de que no se vuelva a producir líquido.
Inflamaciones del testículo y del epidídimo
El testículo y el epidídimo, que es el primer segmento por el que se desplazan los espermatozoides hacia la uretra, pueden presentar inflamaciones debidas a infecciones por gérmenes generalmente procedentes de la uretra o la próstata o sufrir traumatismos. Estas inflamaciones pueden pasar desapercibidas por el paciente o pueden dar
lugar a un aumento evidente del testículo y / o del epidídimo (en la fase aguda a veces es difícil de diferenciar), así como dolor. En ocasiones estas inflamaciones pueden estar acompañadas por fiebre y síntomas urinarios.
El diagnóstico se hace a partir de la historia clínica y la exploración física.
Puede estar indicada la práctica de una ecografía del escroto y / o de la próstata, así como un cultivo de la orina y del semen.
El tratamiento se basa fundamentalmente en la administración de antibióticos si hay gérmenes presentes y antiinflamatorios.