Acudimos a un centro por un problema de fertilidad y a pesar de tener alteraciones del semen, nadie se ocupó de estudiar al hombre
Cada día hay una mayor tendencia a valorar únicamente los espermatozoides del hombre de la pareja infértil, sin tener en cuenta las causas masculinas de este problema. En líneas muy generales, el hombre puede ser la causa fundamental de la infertilidad o bien contribuir en diferentes grados a la ausencia de gestación, ya sea por alteraciones en la cantidad o calidad de los espermatozoides, por alteraciones mecánicas que impiden el correcto depósito del semen en la vagina (alteraciones severas de la erección y la eyaculación, anomalías del meato urinario, etc.) o por alteraciones genéticas (pueden estar presentes incluso cuando el semen parece normal). Las alteraciones del semen pueden ser debidas a problemas tan importantes como trastornos cromosómicos y genéticos, así como a un cáncer de testículo u otras enfermedades trascendentales no sólo para la fertilidad sino para la salud general del hombre.
La obtención de los espermatozoides ya sea del semen, del testículo o de la vía seminal para utilizar en las técnicas de reproducción asistida (fertilización in vitro) sin tener en cuenta el origen del trastorno, puede condicionar que pasen desapercibidas estas enfermedades con lo que ello puede comportar para la salud del individuo y del nacido mediante estas técnicas. Estos trastornos tienen que ser detectados para ofrecer un consejo genético y para ser tratados de forma adecuada.
La infertilidad masculina debe ser considerada como cualquier otra enfermedad, por lo que debe ser estudiada y tratada, cuando sea posible, por un andrólogo que es el especialista en este tema.