Causas de la disfunción sexual femenina
Hay una gran cantidad de factores psicógenos y sociales que pueden alterar la respuesta sexual, así como muchas enfermedades, cirugías o traumatismos que afectan a los genitales o bien a su vascularización (vasos sanguíneos) o inervación (nervios).
La deficiencia de estrógenos en la menopausia puede ser la causa de alteraciones de la vulva y de la vagina, dando trastornos de la lubrificación, aumento del Ph vaginal y una mayor vulnerabilidad a la infección por gérmenes urogenitales. Todo ello puede condicionar sequedad vaginal, dispareunia y dolor.
El descenso de la testosterona puede ser la causa de trastornos del deseo y de la excitabilidad, así como de cambios en los genitales externos.
La hiperprolactinemia (aumento de la prolactina) y el hipotiroidismo puede inhibir la cascada de eventos que condicionan la respuesta sexual.
Los fármacos psicotrópicos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (se utilizan en el tratamiento de la depresión), así como los neurolépticos y los antipsicóticos también se hallan asociados a la disfunción sexual femenina.
El alcohol, el tabaco y las drogas pueden afectar de diferentes maneras la función sexual femenina.