¿Qué hacer cuando no son efectivos los fármacos orales en la disfunción eréctil?
Entre el 20 y el 40% de los hombres que sufren una disfunción eréctil (impotencia) no responden bien a los fármacos orales ( viagra ®, Levitra ®, Cialis ®). Ello puede ser debido a una afectación importante de los mecanismos de la erección, ya sea por alteración de los nervios, de los vasos sanguíneos o de otras estructuras peneanas. Un buen ejemplo lo constituyen los pacientes con una diabetes severa o los que han sido sometidos a la extirpación total de la próstata por un cáncer.
Antes de ensayar otros tratamientos es conveniente tener la seguridad de que no se responde a los fármacos orales. Estos pueden fallar si se intenta mantener actividad sexual antes o después del periodo de efectividad o cuando no existe un adecuado estímulo sexual. Hay determinados fármacos que es mejor que no coincidan con comidas abundantes o excesivamente ricas en grasas. En ocasiones también puede suceder que, a pesar de que los tres fármacos mencionados tienen el mismo mecanismo de acción, uno pueda ser más efectivo que los otros. El médico es el que debe dar una buena información y comentar todos estos aspectos y otros con el paciente.
Ante el fallo de los fármacos orales debe ensayarse la inyección en el tejido de la erección de un fármaco vasodilatador (Prostaglandina E1). Esta metodología no es tan molesta como parecería de entrada, ya que se realiza con una aguja muy pequeña. En primer lugar debe ser el médico el que realice la inyección en el pene y compruebe la efectividad de la misma. Posteriormente, y una vez se han recibido instrucciones detalladas, el paciente puede pincharse en casa cuando desee mantener actividad sexual. Una vez superado el temor de las primeras veces, la mayoría de pacientes se acostumbran bien a este tratamiento. Otra manera de administrar el mismo vasodilatador es a través de una cápsula o una crema que se introducen por el meato de la orina.
Otro sistema para conseguir la erección lo constituyen los mecanismos de erección por vacío. Consiste en aplicar un cilindro transparente alrededor del pene que se halla conectado a una bomba de vacío. Cuando se activa el mecanismo, a través de un sistema manual o eléctrico, se aspira sangre hacia el interior del pene (cuerpos cavernosos) consiguiéndose la erección que se mantiene mediante una anilla que comprime la base del pene una vez se ha retirado el cilindro.
Cuando fallan tanto los fármacos orales como los otros tratamientos referidos, debe plantearse la posibilidad de implantar una prótesis de pene.
La prótesis tiene como objetivo ocupar el espacio del pene (cuerpos cavernosos) que de forma normal se llena con sangre cuando se produce la estimulación sexual con el objetivo de conseguir la rigidez del órgano. Consiste en unos cilindros que ocupan la totalidad de los cuerpos cavernosos. Pueden ser maleables, dando una rigidez permanente al pene o hidráulicos. En este último caso, los cilindros pueden llenarse con líquido en el momento deseado mediante la activación de una pequeña bomba colocada en el escroto (bolsa de los testículos).
La prótesis de pene constituye una buena solución al problema de la disfunción eréctil cuando no se pueden aplicar otras metodologías.
De acuerdo a todo lo referido, se puede afirmar que en la actualidad a todos los hombres con disfunción eréctil se les puede ofrecer algún tratamiento para recuperar su vida sexual.