Tratamiento de la disfunción eréctil

Tratamiento de la disfunción eréctil

Una vez realizados los estudios pertinentes, debe hacerse el planteamiento terapéutico teniendo en cuenta todos los factores que presenta el paciente (edad, situación de pareja, enfermedades, tratamientos médicos, frecuencia de actividad sexual, posibles riesgos para determinados tratamientos, etc..).

El primer paso del tratamiento debe ir encaminado a controlar bien las enfermedades que padece el paciente (hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia, etc.) y a suprimir, de ser posible, factores nocivos para la erección (tabaco, drogas, fármacos, etc..). Es recomendable una vida sana (dieta, ejercicio físico, etc.) y seguir una serie de consejos sobre la actividad sexual.

Siempre que sea posible, el tratamiento de la disfunción eréctil debe orientarse hacia las causas evidentes (tratamiento etiológico). Entre ellas, destaca el tratamiento psicológico y el tratamiento hormonal.

No obstante, en muchas ocasiones no puede tratarse la causa que ha originado la disfunción o no es posible detectar estas causas con seguridad. En estos casos cabe plantear un tratamiento sintomático que consiste en aplicar metodologías únicamente en el momento que se desea tener una erección. Entre ellas cabe destacar los tratamientos orales, los intracavernosos (que se aplican en el pene mediante inyección) y los mecanismos de erección por vacío.

Los fármacos orales son los más fáciles de aplicar. Se denominan inhibidores de la 5 fosfodiesterasa y actúan a nivel del pene favoreciendo que durante la erección no se degrade un elemento que es fundamental para mantenerla (cGMP). En la actualidad se hallan comercializados 3 fármacos: sildenafilo (Viagra®), tadalafilo (Cialis®) y vardenafilo (Levitra®). Cada uno de estos fármacos tiene sus propias características en cuanto al tiempo en que son efectivos y el tiempo de duración del efecto. Debe seleccionarse el más adecuado para cada paciente. Todos estos fármacos son altamente efectivos y seguros, lo que se halla científicamente bien demostrado en una gran cantidad de pacientes seguidos durante mucho tiempo. Como todo fármaco, tiene sus contraindicaciones que deben conocerse. La más destacada es la toma de fármacos vasodilatadores (nitritos) indicados en pacientes con importantes problemas cardíacos. La mayoría de pacientes cardíacos que no tomen estos fármacos pueden ser candidatos al tratamiento oral, siempre que sea valorado e indicado por el médico.

El tratamiento intracavernoso se basa en autoinyectarse un fármaco vasodilatador en el pene y estaría indicado en aquellos pacientes en los que no es posible aplicar fármacos orales o cuando no se responde bien a los mismos. No es difícil aprender a inyectarse este fármaco, debiéndose seguir controles médicos periódicos.

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Los mecanismos de erección por vacío consisten en un cilindro de plástico que se coloca alrededor del pene mientras se aplica el vacío mediante una pequeña bomba, lo que favorece la entrada de sangre en el pene. Una vez conseguida la erección, se retira el cilindro y se aplica una bandeleta compresiva en la base del pene para evitar que se escape la sangre.

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En ocasiones no existe una buena respuesta a los mecanismos mencionados. En estos casos estaría indicado el implante de una prótesis de pene. Consiste en dar rigidez al pene mediante el implante de unas varillas semirígidas o de unos cilindros que se llenan de líquido en el momento deseado en el interior de los cuerpos cavernosos. En las prótesis hidráulicas el reservorio de líquido puede hallarse en la bolsa de los testículos o en el hipogastrio (bajo vientre).

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En la actualidad puede afirmarse que prácticamente a todos los hombres con disfunción eréctil se les puede aplicar algún tratamiento para seguir manteniendo una actividad sexual adecuada.